principal-sueños

Los sujetos del estudio científico, sumergidos en sus sueños, se comunicaban con los investigadores moviendo los ojos y la cara.

Al parecer Origen, la película de ficción dirigida por Christopher Nolan en la que sus protagonistas podían intervenir y viajar por los sueños de otros, no estaba tan alejada de la realidad. Resulta que un estudio publicado en la revista académica Current Biology revela que la comunicación bidireccional con sujetos durmientes es posible. Esta investigación ha sido liderada por Ken Paller, profesor de psicología y director del Programa de Neurociencia Cognitiva en Northwestern. Además, ha contado con la colaboración de varias universidades alrededor del mundo: Estados Unidos, Francia, Alemania y Países Bajos.

Otra de las autoras, la doctora en filosofía Karen Konkoly (Northwestern University, EE.UU.), ha recordado que, desde los años 80, ya se sabía que ciertos tipos de soñadores, «los lúcidos», pueden expresarse por medio de sus ojos o de su cara (cuando Konkoly habla de «soñadores lúcidos», se refiere a aquellos que mientras sueñan son capaces de darse cuenta de que están soñando). Sin embargo, la investigadora movida por la curiosidad quería comprobar, junto a sus colegas, si era posible comunicarse con ellos o si se les podía hacer preguntas a estas personas para tener conversaciones «más significativas». Y, en efecto, así ha sido.

Imagen-resumen extraída del artículo (Real-time dialogue between experimenters and
dreamers during REM sleep
) publicado en Current Biology.

El estudio de los sueños

El nombre que recibe este artículo es Real-time dialogue between experimenters and dreamers during REM sleep y se llevó acabo en 36 voluntarios que tenían como misión dormir profundamente y conseguir un sueño lúcido. Reclutar este tipo de durmientes es, en términos generales, complicado: no son comunes. No obstante, para el estudio era vital encontrarlos y así aumentar las probabilidades de lograr esta lucidez durante el descanso. Aun así, antes de que los participantes se sumergieran en sus sueños, los investigadores les instruían sobre cómo comunicarse en el caso de que pudieran hacerlo.

A través de sensores especiales, se medían los movimientos oculares, al mismo tiempo que se juzgaban los desplazamientos de su rostro. Los científicos debían esperar a que los sujetos alcanzaran la fase REM del sueño: un estadio caracterizado por rápidos movimientos oculares, reducción del tono muscular en todo el cuerpo y sueños más vívidos. «Si te vuelves lúcido en un sueño y quieres comunicarte, las personas que sueñan, miran de izquierda a derecha, de izquierda a derecha, dramáticamente. Es así cuando sabemos que se están comunicando», decía Konkoly en una entrevista concedida para Weekend Edition.

Los resultados del experimento

Para comprobar que la comunicación iba en dos direcciones se hacían preguntas sencillas, como por ejemplo, cuánto es 8 menos 6. Un joven estadounidense de unos 19 años pudo responder desplazando sus ojos dos veces de izquierda a derecha, para señalar la respuesta: «2». Acto seguido, le volvieron a platear la pregunta, y el sujeto volvió a contestar de la misma forma: «2».

De los 158 ensayos que se realizaron en los 36 pacientes, alrededor de un 18% fueron respuestas correctas. En otro 18%, no se pudo determinar con claridad si el participante respondía o no. Un 3% se equivocó. Y el resto, un 61% y, por tanto la mayoría de las veces, los sujetos no respondieron en absoluto.

A pesar de ello, los científicos hallaron una explicación para este porcentaje tan amplio de casos sin respuesta. La conclusión estaba en el testimonio de alguno de los participantes, una vez que despertaban. La investigadora Karen Konkoly comentó acerca de la experiencia de los sujetos que «a veces percibían que los estímulos provenían de fuera del sueño, pero otras veces, los estímulos emanaban de elementos del sueño, contextualizados de una manera que tenía sentido en relación con el contenido del sueño en curso». Un ejemplo muy claro de esto, es el caso de un participante que escuchó las preguntas traspuestas sobre su sueño como si Dios les estuviera hablando».

¿Cómo puede ayudar este estudio?

Los avances de este experimento crean nuevas oportunidades para obtener información a tiempo real de los sueños y poder modificarlos. Este puede ser el inicio de una nueva era de estudio sobre el sueño y sus dimensiones cognitivas. Además, la investigadora plantea la posibilidad de emplear estos resultados en otras circunstancias. Señala que este proceso de «sueño interactivo» se puede utilizar en personas que padezcan de pesadillas lúcidas.

Además, para completar, la científica manifiesta que es posible, con la ayuda de una persona despierta, «combinar esas ventajas lógicas de la vigilia con las ventajas creativas de los sueños». Mediante el desarrollo de métodos más eficaces, también podría ayudar a personas a fomentar la fabricación de actividades e ideas creativas. Mucha gente extrae inspiración a raíz de sus sueños, advierte Konkoly.

En esta charla TED, la doctora hace un planteamiento brillante de lo que ha sido y ha supuesto su estudio: